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martes, 18 de marzo de 2014

Palizas con cinto.

3 comentarios:

  1. Mi nombre es Lorena, tengo 29 años, soy jugadora profesional de baloncesto profesional en él equipo de mi ciudad, y un día antes de un partido salí de fiesta junto a 2 compañeras del equipo, volvimos a casa a las 6 de la mañana, descansamos 5 horas y llegamos muy justas al partido que era a las 12, durante él partido estaba bastante peor que mis compañeras, ya que había bebido algo mas, hasta tal punto que tras él descanso él entrenador, Lucas, decidió dejarme en él vestuario, poco preocupada aproveche para dormir un rato, hasta que tras terminar él partido me llamó para ir a su despacho, llamé a la puerta y pase sin esperar respuesta

    -que quieres míster?

    -como que que quiero? Tu ves normal tu actitud en él campo durante él partido?

    -lo siento mucho, pero es que he pasado una mala noche

    -una mala noche? Si apestas a alcohol. Esto no me lo esperaba de ti, siempre había pensado que eras una buena chica, pero me acabas de demostrar que no

    -y soy una buena chica, perdoname, te prometo que no volverá a pasar

    -eso seguro, porque de eso me voy a encargar yo ahora mismo

    Continuará...

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  2. -por favor, no me pegues

    -haberlo pensado antes de salir de fiesta, y ahora tumbate sobre mis rodillas

    -pero cuantos azotes van a ser?

    -eso ya lo vamos viendo sobre la marcha
    y pobre ya si no quieres que empiece a cabrearme

    -esta bien

    Comenzó a azotarle rápidamente con la mano en las nalgas durante un par de minutos hasta que me hizo levantarme

    -vamos bajate él pantalón

    Me quede parada durante unos segundos, hasta que me pegó un fuerte cachete en él culo

    -venga o te lo bajo yo

    Me lo quite y lo deje sobre una silla

    -las bragas también

    -eso si que no

    Me cayó otro cachete aun mas fuerte que él anterior

    -quitatelas ya

    -que no me las voy a quitar

    Me pegó un tirón de las bragas bajandomelas hasta las rodillas

    -y ahora tubate otra vez

    Me volví a tumbar y comencé a recibir otra azotaina con la mano que me dejó las nalgas bastante rojas.

    -vamos levantate traeme la pala de madera, ponte las bragas y él pantalón y apoyate en él escritorio.

    No quería enfadarlo mas por lo que decidí hacerle caso, le di la pala de madera y me apoye en él escritorio olvidandome de poner las bragas y él pantalón pantalón

    -hombre, yo no tengo ningún problema de azotarte así pero yo si fuera tu haría caso y me pondría él pantalón y las bragas

    Continuará...




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  3. -así mejor, van a ser 10 y los vas a contar en voz alta, si dejas de contar o te tapas empezamos de nuevo, entendido?

    -si

    -vale pues empezamos

    Zass
    -ay 1

    Zass
    -ayyy 2

    Zass
    -ouchh 3

    Zass
    -ahhhh 4

    Zass
    -aaaayyy 5

    Zass
    -joder como duele 6

    Zass
    -aaaaaah 7

    Zass
    -ahhh joder, duele mucho

    -no he oído contar

    -8, van 8, por favor no empieces de nuevo

    -esta bien pero él ultimo lo repetimos

    Zass
    -aay 8

    Zass
    -ahhh 9

    Zass
    -ahhhhh 10, por fin

    -por favor, no me castigues mas que he aprendido la lección de verdad

    -lo siento pero tengo que hacerlo

    -pero me duele mucho, y no se si voy a poder aguantar él dolor

    -tranquila que si vas a aguantar—dijo abrazándome— mira vamos a hacerlo así, yo me voy a quitar él cinturón y lo voy a dejar en la mesa, cuando estés lista vienes, me das él cinturón y terminamos él castigo, te parece bien?

    -si

    Me quedé en él rincón cerca de media hora

    -ya estoy preparada

    -muy bien, pues serán 30 azotes

    -cuantos?

    -30, pero tranquila, los vamos a dividir en 3 series de 10 dejando un descanso de un par de minutos

    -enserio, no creo que pueda aguantarlos

    -ya verás como si, y ahora bajate él pantalón, las bragas puedes dejartelas puestas si quieres y vuelve a apoyarte sobre él escritorio

    Le hice caso y me apoye sobre él escritorio recibiendo los 10 correazos seguidos y sin dejarme tiempo para recuperarle entre uno y otro, acabe llorando como una niña pequeña abrazándole a él lo volví a decir

    -por favor no me des mas, me voy a portar bien de verdad, te lo prometo

    -esta bien, te voy a proponer un reto

    -como un reto?

    -tu media de puntos por partido es aproximadamente de unos 20 verdad?

    -si, por?

    -si en él próximo partido anotas 38 puntos o mas te perdono él resto del castigo, y si no lo consigues te doy 50 correazos, aceptas él reto?

    -por supuesto que acepto

    -pues vistete, y espero no tener que traerte de nuevo a mi despacho, ni la semana que viene ni nunca mas

    -ten por seguro que es la última vez que me veras aquí

    Durante toda la semana estuve entrenando muy duro para conseguir él reto y evitar él castigo.

    Él domingo siguiente llegue al estadio la primera, y estuve practicando sola unos tiros hasta que llego él míster

    -hombre, aquí está mi jugadora favorita, que gusto da oler a tu colonia y no a ginebra—dijo riendose—lista para hacer mas de 38 puntos?

    -mas que preparada—le dije con un tono algo chulesco—.

    Poco a poco fueron llegando él resto de compañeras, y por fin llegó la hora del partido, y como solía ser habitual comencé de titular.

    La primera pelota que cogí la convertí en una canasta de 3 puntos, durante él partido estuve bastante cómoda y acertada tirando a canasta, llegando a conseguir 32 puntos en la primera parte, pero en él tercer tras hacer una canasta de 3, salte mal y me torcí él tobillo haciéndome un esguince, por lo que me tuve que quedar en él banquillo.

    A falta de un minuto para terminar el partido me acerqué al entrenador y le dije

    -míster, quiero jugar

    -pero mira como tienes él tobillo, así no puedes salir, y si lo que te preocupa es él castigo olvidalo, me has demostrado que puedes hacerlo

    -de eso nada, yo te prometí que iba a marcar mas de 37 puntos y si no me dejas salir de aquí a un rato nos vemos en tu despacho y terminamos él castigo

    -mira que eres cabezona, esta bien te voy a sacar en los últimos 20 segundos de partido, pero ten cuidado con él tobillo

    -lo haré

    Cuando entre al campo cojeando ninguna de mis compañeras quería pasarme la pelota, pero a 2 segundos del final cogí un rebote tras un fallo de mi compañera, tiré con todas mis ganas y conseguí anotar un triple, llegando hasta los 40 puntos y aparte de conseguir él reto batí mi récord en un partido que estaba en 39 puntos.

    Tras finalizar él partido fui directa a abrazar al entrenador

    -has visto como si podía hacerlo?

    -si es que por muy mal que te portes tengo que quererte, eres la jugadora mas competitiva que he visto en mi vida

    -y la mas guapa, no lo olvides—le dije riendoe—.

    -si y lamas modesta, anda tira a la enfermería a que te miren él tobillo anda

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